Este jueves 16 de diciembre, la familia comunicó la muerte a los 99 años de quien fue esposa y influencia de uno de los dictadores más conocidos por el dolor y las muchas muertes sin precedentes, que se conoce en Latinoamérica y el mundo. Lucía Hiriart estuvo en el círculo más íntimo de un régimen que rompió la democracia y violó los derechos humanos, y cuyas víctimas y familiares hasta el día de hoy exigen reparaciones por los graves daños.
Enclaustrada los últimos años de su vida y lejos de los lujos y el poder que ostento durante la dictadura del régimen militar (1973-1990),recordemos que fue acusada por el Servicio de Impuestos Internos (SII) en el contexto del caso Riggs, llegando a estar un día en prisión preventiva en 2005. En 2007 se le decretó una orden de arresto por el delito de malversación de fondos públicos, entre otros cargos. Así se produjo el deceso de la viuda del dictador Augusto Pinochet, en su residencia del acomodado barrio La Dehesa, rodeada de familiares cercanos, seis días después de cumplir 99 años.
Lucía Hiriart muere en impunidad pese al profundo dolor y división que causó a nuestro país. Mis respetos a las víctimas de la dictadura de la que fue parte”, dijo el candidato presidencial izquierdista Gabriel Boric. Su adversario en los comicios del próximo domingo, el ultraderechista José Antonio Kast, declaró que “la muerte de la señora Lucía no va a mover la elección para ninguno de los dos lados”.
La muerte de la viuda del dictador, trae inevitablemente a la memoria de todos los chilenos y chilenas el dolor, la amargura, la impotencia y los peores recuerdos de una película de terror que fue realidad y parte de una vivencia cruel, la violencia ejercida en la dictadura se sintió en piel y el alma del pueblo chileno que aun llora a los seres queridos y a los que tuvieron que abandonar esta patria tan amada para vivir en el exilio. Hoy la dictadora a partido, dejando el amargo sabor de la hiel en muchos corazones, que seguirán conviviendo con la impunidad, se ha ido sin poder alcanzar ni el perdón ni el olvido.