Más de 100 mujeres migrantes aprendieron el arte de la manicure y recepcionaron herramientas para confeccionar planes de negocios, gracias a los cursos que impartió la Fundación Madre Josefa. La institución fundada al alero de la congregación Buen Pastor, trabaja desde el 2018 en Iquique y este 2021 orientó su esfuerzo en desarrollar oportunidades laborales y de empoderamiento para las extranjeras.
Manuel Cortés, presidente de fundación Madre Josefa misión Iquique, manifestó que programaron un ciclo de manicure que tuvo semanalmente grupos alumnas. “El proyecto consideró 100 mujeres de distintas nacionalidades, dividas en grupos semanales de 25 alumnas. También se incluyó un taller para generar plan de negocios y curso de habilidades sociales. Les damos mayores herramientas para que se desarrollen en Iquique o el lugar de donde decidan residir”.
Acotó que buscan empoderarlas en una instancia donde están vulnerables, “han sido víctimas de tráfico, violencia y sufrido de xenofobia con las marchas”. Destaca que la comunidad ha colaborado con recursos y tiempo en función de migrantes y los vecinos les llevan aportes, “es bueno saber que hay iquiqueños que están colaborando en esta crisis humanitaria, ellos no ven al extranjero sino al ser humano, a la persona que lo está pasando mal”.
En tanto Karina Fauste, coordinadora de fundación Madre Josefa, dijo que la selección de alumnas fue realizada por trabajadoras sociales acorde a la situación socioeconómica de las féminas foráneas.
“La idea es generar autosuficiencia, empoderamiento, darle herramientas de vida en ámbitos laborales y proyecciones familiares, desenvolvimiento de vida en general. Hay un trabajo de coordinación con la intervención social que hacemos con la fundación, enfocamos el trabajo en la contención al migrante y la sensibilización a la población para aceptar este tipo de diversidades con la cual se debe convocar día a día”.
Enfatiza Karina que parte del trabajo es apuntar a esa sensibilización, “entender que parte de lo que somos en esta región es gracias a población migrante y somos herederos de una tradición migrante”.
Agrega que hubo un minucioso el trabajo colaborativo para seleccionar a las monitoras, buscando que no tuvieran prejuicios ante la población migrante y que estuvieran dispuestas a colaborar con las beneficiarias de los cursos tanto en asesorías o dando puestos de trabajo.
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Variadas técnica para el tratamiento y cuidado de manos, así como diseño y pintado de uñas, aprendió un centenar de mujeres extranjeras en los cursos que impartió Fundación Madre Josefa.
En el taller para definir planes de negocios se apuntó a generar herramientas que les permitan iniciar emprendimientos en su lugar de destino.